lunes, 20 de agosto de 2007

LA ILIMITADA IDEA DE LIBERTAD

Hace unos cuantos años, así como en estos momentos en lo literario hacen impacto “el señor de los anillos” o “las crónicas de Narnia”, existió entre otros, una narración que tuvo su permanencia e impronta en determinado público, me refiero a Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach. A tal punto que se realizó una película y Neil Diamond, canta autor estadounidense, compuso unos versos musicalizándolos, resultando ser la banda sonora, cuya poesía eran un soporte para el seguimiento de la trama.
El relato es una metáfora del ser humano y la vida. En su interior fui encontrando aspectos vinculados entre si, de manera consecutiva, conformando una especie de secuencia por la que se transita, una de las tantas maneras, en pos de una meta.
Algunos recordarán la saga de Juan Salvador Gaviota, otros solo tendrán noticias vagas y también habrá quienes no conozcan la obra.
A modo de síntesis el contenido es aproximadamente el que sigue:
“La bandada de gaviotas vuela de la playa a los barcos pesqueros o sobre el mar en busca de alimento. Además tienen una manera determinada de volar en cuanto a altura, velocidad, aleteo. Todas hacen lo mismo e igual. Pero Juan Salvador Gaviota tenía en mente otra aspiración, volar, buscar la máxima posibilidad de vuelo, para eso era un ave. A dicho objetivo se dedica con perseverancia, aprendiendo de las vicisitudes que se le iban planteando. Estaba feliz por los progresos y descubrimientos. Hasta que un día se reúne el consejo de la bandada y lo intima a abandonar tales prácticas, por que trasgreden las leyes ancentrales de la gaviotas. Juan Salvador Gaviota con algunos altibajos en su decisión, termina por no acatar el dictamen del consejo y es condenado al destierro, con el profundo pesar de sus padres.
Es el comienzo de un periplo que lo lleva, en su búsqueda de la más excelsa expresión de vuelo, a tomar contacto entre otras cosas, con gaviotas que lo habían antecedido en dicha búsqueda. Guiado por estos hermanos mayores, conoce y transita por cielos, alturas, vuelos, velocidades e inmensidades inimaginables tiempo atrás.
Es instruido por el patriarca de la gaviotas que le enseña el vuelo del pensamiento, hasta que llega el momento que el patriarca debe partir a otra dimensión, a proseguir con la enseñanza y Juan Salvador Gaviota vuelve a la bandada, para guiar a aquellos cuyos ideales van más allá de la tradición. Al llegar, ya había un tal Pedro Gaviota que batallaba denodadamente por volar...”


En el relato se puede ver, en principio, varias instancias.
La bandada.
En esta parte se describe el mundo establecido, atiborrado de normas, leyes, límites, todo avalado por una tradición ancestral, transmitida de generación en generación, que moldea la existencia de un específico modo, delimita alcances prefijados y un sentido a la vida, en este caso, de las gaviotas; volar en busca de la comida.
El mundo es fijo y gris, el vuelo bajo, la iniciativa acotada.




Superando límites.
En todo contexto siempre están los que sienten que hay algo más, que las cosas no son solo y únicamente de la manera conocida. Además la posibilidad de que las cosas sean bastante diferentes. Este impulso hace que, como en el caso de Juan Salvador Gaviota, comience a probar que posibilidad de vuelo puede desarrollar, a que altura puede llegar, que velocidad es capaz de alcanzar.
Al salirse de lo establecido es mirado con recelo y temor, siempre se teme lo desconocido y lo nuevo, ya que pone en peligro la estabilidad de las estructuras vigentes, los paradigmas que rigen a la bandada, la tradición heredada.
Ante esto, lo habitual es caer sobre el díscolo con una sanción contundente, a modo de aviso para algún otro. En el relato se lo condena al destierro, al desarraigo, a la no pertenenecia, se elimina de este modo el factor molesto, con lo que todo vuelve a los carriles conocidos.
A nuestra gaviota el intento del vuelo le da la templanza de los riesgos, que lo conduce a la aventura de la responsabilidad.




Aprendiendo a aprender.
Ante lo inevitable, solo le queda a la gaviota, la búsqueda, en seguir los dictados internos de su esencia, llevadas a cabo en la más absoluta soledad. Este paso no está exento de altibajos, no hay marco de referencia más que la propia existencia y el desarrollo de aquella idea de vuelo. La perseverancia y la devoción en la práctica es el sendero alquímico que transmuta las debilidades en fortaleza, lo posible en certeza, lo que se creía en conocimiento. Esta actitud y acción conduce y eleva hasta hallar en otros niveles, la guía y orientación de los que hollaron el sendero con anterioridad.
La superación de todo límite por la práctica de la impecable idea, produce la comprensión.




Caminando el camino.
Habiendo llegado a la expresión de la excelencia del vuelo, esta se traduce en una mutación esencial, impregnando la existencia de aspectos que trascienden lo egoico, ya que se ha pasado al plano de “yo soy tu, tu eres yo”.
En Juan Salvador Gaviota, esta condición se plasma en la expresión del perdón, hecho necesario para la amplitud, en trasuntar bondad como vehículo de comunicación, en ver en cada uno la expresión de la gran gaviota, a la que él se dirige, y fundamentalmente en su regreso a la bandada, supremo acto de servicio, impecable acto de amor.




Maestro Roberto Oscar Poti

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas Gracias !por hacerme recordar a Juan Salvador gabiota . . y volver a pensar en otros vuelos
VENTURA!!buenos vuelos!!
zhun dux

Anónimo dijo...

me pregunto en que momento uno sabe , cuándo sólo se está saliendo de lo establecido ,lo que lleva a volar en otros cielos . .
en J S Gabiota es claro su encuentro con algo noble ,pero en la práctica no siento que sea tan fácil.
felicitaciones!
india//

Anónimo dijo...

perdon...correccion..gaviota...disculpe...

felicitaciones nuevamente...

Unknown dijo...

Para India:
En la pràctica no es fàcil, pero tampoco imposible. Uno inicia una bùsqueda a contracorriente de como va el rebaño, cuando algo interno lo inquieta, cuando hay alguna especie de insatisfacciòn en lo cotidiano. Allì empieza a hacer algo, como en el caso de la gaviota, que busca el sino del vuelo, a pesar de todas las oposiciones de su entorno. El hace algo por ese anhelo, por esa aspiraciòn, como resultado de su hacer en busca de su ser, halla a los antecesores y la guìa.
Esta es una de las tantas maneras posibles en que cada uno busque el sentido y la direcciòn que siente en su interior.
En el relato està presentado de una manera un tanto dramàtica, de todas maneras siempre hay que vencer las resistencias externas, y fundamentalmente las internas. Un abrazo.